Un cofre lleno de joyas musicales
En el Adelantado de Segovia:
Las viejas canciones recogidas por
Agapito Marazuela en las tierras de Castilla vuelven, una vez más, a tomar forma de libro. “Cancionero castellano de
Agapito Marazuela” es el título del nuevo volumen, publicado por ‘Ediciones Derviche’, con el apoyo del Instituto de la
Cultura
Tradicional Segoviana “Manuel González Herrero”, y presentado ayer en
la iglesia de San Quirce, en un acto en el que se repasó la
trascendencia de la obra del maestro del folclore nacido en Valverde del
Majano en 1891, y de cuya muerte, en 1983, se acaban de cumplir 30
años.
Marazuela fue elaborando su cancionero mientras iba recorriendo, en su
mocedad y juventud, pueblos de las provincias de Segovia, Valladolid,
Ávila y, en menor medida, Palencia y Burgos. Ese trasiego le facilitó el
contacto con los viejos dulzaineros del siglo XIX y, según ayer aseguró
su discípulo Joaquín González-Herrero, “de ellos guardó, en su
prodigiosa memoria, las tonadas de dulzaina que después serían llevadas
al papel pautado”. Más tarde, cuando se convocó el Concurso Nacional de
Folclore de 1932, un grupo de segovianos, entre los que se encontraban
Teófilo Hernando, Emiliano Barral o Aniceto Marinas, ayudaron a
Marazuela para que recogiera más canciones y completara un conjunto
digno para su presentación al certamen. El folclorista fue entonces de
pueblo en pueblo, ejerciendo de “cazador de canciones”, como así le
retrató el periodista Ignacio Carral. De acuerdo al propio Marazuela,
recogió de oído, “lo más puro y genuino”. Para González-Herrero, esa
colección de canciones son “el poso cristalizado en notas de la
identidad colectiva de un pueblo”. A ese respecto, el trabajo
recopilatorio del maestro del folclore se convirtió en “un hito en la
cultura de Castilla”, capaz de cambiar la errónea visión
que la generación del 98 tenía de esta tierra, considerada por este
grupo como falta de danzas y canciones.
Ediciones El cancionero de Marazuela ha sido publicado en tres
ocasiones. La primera, en 1964, con el patrocinio de la Jefatura
Provincial del Movimiento, con el título “Cancionero segoviano”. Una segunda edición, impulsada por la
Diputación Provincial de Madrid, vio la luz en 1981, recuperando el título original, “Cancionero de Castilla
la Vieja”, con el que el trabajo se había presentado al Concurso
Nacional de Folclore de 1932. La tercera edición se debió a una
iniciativa de ‘Endemión’, que en 1992 lo denominó “Cancionero de Castilla”.
Ahora, la apuesta de ‘Ediciones Derviche’, tras comprobar que las
diferentes ediciones del cancionero estaban agotadas pero que la obra
continuaba suscitando el interés por parte del público, presenta varias
novedades con respecto a las publicaciones precedentes. Aunque se
mantiene lo principal de la obra del maestro (las partituras y las
letras), respetando también el prólogo original de García Matos, en esta
ocasión la obra viene acompañada por un CD con doce temas interpretados
por La Ronda Segoviana, y en el que figuran también tres canciones,
hasta ahora inéditas, grabadas por el propio Marazuela. Por si era poco,
la edición que ahora se pone a la venta incluye fotografías de la época
en que se llevó a cabo el cancionero.
En la presentación, González-Herrero insistió en que, con su
cancionero, “Marazuela no solo procuró la recuperación de lo que estaba a
punto de perderse”, sino que también “propugnó su posterior estudio”,
si bien lamentó que esto último “aún no se ha logrado”. En ese sentido,
estimó que “tras años de lamentable olvido de nuestra música
tradicional, quizás haya llegado el momento en que los conservatorios
deban volver su mirada a estas viejas canciones”. Animando a los jóvenes
músicos segovianos a que exploren el cancionero de Marazuela,
González-Herrero les aseguró que “encontrarán en este cancionero un
cofre repleto de joyas musicales”, de las que destacó “su gran fuerza y
su deslumbrante originalidad y belleza”. Para acabar, González-Herrero
defendió que las canciones recogidas por Marazuela “llevan el germen de
lo universal”.
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